Hace noventa y cuatro años ya, sobre una encina de las muchas que alternan con los olivos en las rojas tierras de ganado de los alrededores de Fátima, la Virgen María se apareció a todos los hombres a través de tres chavales incultos.

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El mensaje de Fátima es uno de esos momentos privilegiados de la Historia en el que Dios se acerca a los hombres junto a su Madre Santísima; pero no se trata de algo reservado a los que vivieron en 1917: el eco de las peticiones de la Virgen resuena aún con especial fuerza en la Capelinha y sus alrededores, por eso es constante el fluir de peregrinos, y por eso es especial vivir allí la Semana Santa.

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Los días de convivencia en torno al fútbol, al baloncesto, al certamen de vídeo, al quiz-europe o a las exposiciones de iniciativas llevadas a cabo durante el año son excelentes ocasiones para todos de participar y para algunos de ganar; pero en los ratos en la Capelinha o el Triduo Pascual ganan todos los que participan.